domingo, junio 26, 2005

El Yang-Tse en llamas

Pues sí, este sábado en casa y viendo la bazofia que dan en televisión nada mejor que recurrir al dvd, el último refugio del cinéfilo. Aprovechando las últimas ofertas en las grandes superficies, tuve la oportunidad de hacerme con esta joya del cine por unos escasos ocho euros.

Su título original, The Sand Pebbles, o sea, El San Pablo. Dirigida por el maestro Robert Wise en 1966. Cuenta en su reparto con Steve McQueen, Richard Attenborouch, Richard Crenna y Candice Bergen, entre otros... Y por supuesto una estupenda banda sonora a cargo del genio de Jerry Goldsmith y que se deja oir muy bien en la obertura recuperada para esta edición en dvd.

Que decir de esta película, llevaba tiempo queriendo volver a verla y lo cierto es que me ha devuelto de nuevo mi amor por el cine, que ante las últimas porquerías cinematográficas, vease Lucas, estaba empezando a cuestionarme. Este es cine del bueno, una película de esas largas como las de antes y que hay que disfrutarla a altas horas de la noche, cuando ya todos estén durmiendo. Te coges tu mantita y te arrellanas en tu sofa o sillón favorito para disfrutar durante las casi tres horas de duración de este clásico. Se incluye una pausa, como en el cine, para que podamos vaciar la vejiga.

Y de qué va la película.. Pues de muchas cosas. China 1926, revoluciones por todas partes; por un lado los bolcheviques, por otro los nacionalistas de Sun Yat Sent, y en medio un barco destartalado que los americanos heredaron de los españoles, el San Pablo. El film incluye su crítica al imperialismo tan de moda en los sesenta, hoy de nuevo de plena actualidad. Todos los actores están muy bien, hay que decirlo. Vamos que me lo pase como un enano viéndola, y es que Robert Wise es un maestro que todo lo que toca con sus manos lo transforma en arte. El hombre ha trabajado todos los géneros, desde la ciencia ficción, con Ultimátum a la Tierra, La amenaza de Andrómeda y Star Trek, hasta musicales como West Side Story y Sonrisas y Lágrimas.

La imagen de la película está bastante bien restaurada. Entre los contenidos de este dvd se encuentra el audio comentario del director y de los actores Candice Bergen y Maco, subtitulados en castellano. También se incluye el trailer original y fotos de producción, así como una serie de documentales y anuncios radiofónicos, que no podremos disfrutar a menos que nuestro inglés sea muy bueno.

En fin, una compra muy recomendable. Edita Fox

El Yang-Tse en llamas

miércoles, junio 22, 2005

Más sobre bodas...

Pues sí amigos, continuando con el tema de las bodas. ¿Quién no ha tenido o tiene un amigo con el que salía todos los fines de semana, que era el alma del grupo y que de repente se echa novia y ya no le has vuelto a ver lucir el pelo? Es un fenómeno extraño que nunca he logrado comprender. Me pregunto si pasará igual con las mujeres. La única conclusión a la que he podido llegar, descartando que esté en manos de una secta o haya sido abducido por extraterrestres, es que la novia sea más fea que Picio. Ello no quita naturalmente, de que pueda ser una bellísima persona y hacerle feliz. Pero no es ese el tema que estamos discutiendo. No cabe duda de que la sociedad en la que vivimos nos condiciona, sobre todo nuestros amigos y familiares que esperan de nosotros la mejor elección posible; ninguna madre esta contenta con su nuera y tampoco queremos defraudar las expectativas que nuestros amigos han puesto en nosotros. Sumémosle además esa odiosa educación que hemos recibido durante años, junto a la cultura televisiva y del cine, de carácter romántico pastelosa, y nos hará sentir unos auténticos fracasados en la búsqueda de la princesa prometida. Y eso es lo que me lleva a pensar que la novia tiene que ser fea de cojones. Sí, ya lo se, a lo mejor prefieren estar follando sin parar.., pero cuando uno tiene una novia guapa, le gusta presumir de ella y presentársela a todos sus amigos para darnos envidia.

No quiero que esto parezca un ataque a las feas, cada uno es como es, sabe Dios lo que piensan ellas de mí. A mi particularmente, las feas siempre me trataron muy mal, supongo que porque pensarán que ellas se merecen también algo mejor que un tipo como yo. Y luego sobre todo, hay que decir que es cuestión de gustos, cada uno tiene su escala de valores. Personalmente no me gusta el Ferrari, y a otros les gustan los todoterreno. Sea como fuere, creo que siempre les he caído mejor a las guapas, aunque siguen sin querer acostarse conmigo; lo cual me lleva a pensar, o bien que soy más feo que Abundio, o que son del PP y no les gustan los rojos como yo; va a ser esto último, ya se sabe que en el PP están las tías más macizas.

Bueno, a lo que íbamos, un buen día suena el teléfono de tu casa y es uno de esos “amigos” que no se ha acordado de ti en dos años por lo menos.

- Holaa, ¿qué tal?

- Bien…

- Tenemos que vernos, tengo algo para ti…

- …

Lo cierto es que ya tenías noticias, por alguno de tus amigos, de que éste ya estaba repartiendo invitaciones y de que pronto te iba a tocar a ti…

bodorrio real

No me gustan las bodas, que le vamos a hacer. Hay gente a la que le encanta y se apunta a todas ellas. No es mi caso, se lo aseguro. Las bodas constituyen un acto de socialización. Un lugar donde presentarse en sociedad y conocer gente y al que le gusta acudir a todas las parejitas. Ellos con su traje impoluto y ellas con sus vestiditos de tirantes y su pelo arreglado para la ocasión. Qué pinta ahí un soltero como yo…¿morirme de envidia o de asco? En fin, demasiada gente para mi gusto, 90 o 100 invitados y no conoces ni a la cuarta parte, no es mi idea de una cena agradable. Parece mentira que hoy haya aun gente que quiera casarse por la Iglesia y de blanco.. ¿Pero nadie le ha dicho a esta niña que no puede ir de blanco? ¡Qué tu no eres virgen! Por si no lo saben el blanco simboliza la pureza…(o sea la virginidad). Los novios sin embargo siempre van de gris o de negro ¿Por qué no pueden ir de blanco también? No me diréis que no estaría fardón un tío con smoking o traje blanco, sobre todo ahora en verano. Yo tengo que reconocer que de traje estoy muy guapo, pero me da vergüenza salir así a la calle, así que hago que me lleven en coche hasta donde han instalado el circo.

Luego está el tema de los regalos. Invitar a alguien a una boda supone siempre poner a la gente en un compromiso. ¿Quién te dice que quieren ir? Hombre, está el caso de los amigos íntimos, no más de tres o cuatro, que seguramente irán gustosos. Si solo fueran éstos, las bodas serían una delicia, un acto íntimo y bonito. Pero no, hay que invitar a Dios y su madre. Cuantos más regalos nos hagan mejor, a ver si nos amueblan el piso. Y lo peor son esas bodas que son en otra ciudad, a esas me niego a ir. Siempre pongo la excusa de algún congreso o curso que reclama mi presencia y que es ineludible (es que ya lo he pagao, me ha costao veinte mil pesetas…). Cualquier excusa es buena para no ir. Como he dicho es un compromiso para muchos ir a estas bodas; algunos no trabajamos y pagar el cubierto o el regalo supone un verdadero esfuerzo, y más cuando tienes en perspectiva varias bodas en un corto periodo de tiempo. Por eso, a la hora de hacer la lista de invitados, tendría que pensarse un poco en los amigos. Lo normal sería que si invitas a alguien a tu boda, ya que hace el esfuerzo de ir, no tuviera que pagar nada, coño; vaya invitación de los cojones aquella en la que tienes que pagar tú la cena. Al final, uno acaba acudiendo a estos actos por no quedar mal con los amigos. Aunque eso sí, de pagar solo pagas el cubierto; pero es que hay cubiertos y cubiertos, esa es otra, vamos, que olvídate de esa cámara digital que querías comprarte… Algunos, que son muy ratas, para ahorrarse pagar el cubierto compran cualquier estúpido regalo, que parece sacado de un todo a cien, y que por lo general es bastante hortera. Véase mi libro, ¿Llego el hortera a existir por evolución o por creación? Es broma.

En fin, con lo bonito que es vivir en pecado. André Chaplain decía que los enamorados no deberían de casarse, para que su amor se perpetúe eternamente. No tengo nada en contra de que la gente que se quiera se case, pero te vas al juzgado y lo haces en un momento, y si quieres algo más bonito, pues al ayuntamiento, que queda muy republicano. Lo más gracioso es que la Iglesia no quiera casar a homosexuales (ya sean gays o lesbianas), con la cantidad de dividendos que les podría dar. Afortunadamente cada vez menos gente se casa por la Iglesia, y tal vez algún día llegue a desaparecer de este país esta funesta institución.

Por mi parte, si algún día me caso, no os invitaré a mi boda, para que veáis que yo sí soy un buen amigo.

lunes, junio 20, 2005

Sobre el matrimonio...

Que revuelo se está montando con esto del matrimonio. Toda una institución en franca decadencia o en vías de reestructuración. La Iglesia debería alegrarse de que todavía haya gente que quiera acceder a casarse y no cerrarles las puertas para que sigan viviendo “en pecado” por más tiempo. Los elegidos a revitalizar esta antigua tradición son los homosexuales, ya que los heterosexuales preferimos vivir arrejuntaos o en concubinato.

No entiendo la manifestación del sábado... El lema, algo así como que un niño necesita un padre y una madre… Yo me pregunto por los millones de niños sin familia y muriéndose de hambre, sino estarían mejor con una pareja sea hetero o homosexual que los cuidase. La hipocresía de esta gente y de la Iglesia católica no tiene límites.

Dejando al margen esta cuestión de la adopción, ¿les parece mal que los homosexuales puedan legalizar su situación y casarse? ¿O tienen que seguir siendo bichos raros? No cabe duda de que el término matrimonio hoy por hoy no se ajusta a la nueva legislación. Solo hay que mirar el diccionario. Es más, mi manual de Sociología de Giddens define el matrimonio como “la unión sexual entre un hombre y una mujer legalmente reconocida”. Desde este punto de vista, la unión entre dos hombres o dos mujeres no se corresponde con la definición de matrimonio. Tal vez aquí el gobierno se precipitó un poco. Deberían haber consultado a los señores de la Real Academia de la Lengua o a los filólogos. A lo mejor hubiera sido necesario inventar una nueva palabra para definir esas nuevas uniones y tal vez no se hubiera montado tanto revuelo, aunque lo dudo… Algunas personas han dicho en algunos medios que no pasa nada por darle un nuevo significado a una palabra, cuando hay una nueva realidad social o una demanda por parte de la sociedad (no recuerdo muy bien), y efectivamente, no pasa nada cuando es el uso y la costumbre la que obliga a ese cambio, pero me parece algo grave que ese cambio venga impuesto por motivos políticos; estaríamos hablando de manipulación del lenguaje, algo no muy saludable para ninguna democracia. Si cada vez que hay un cambio de gobierno se dedican a cambiar las palabras vamos listos… Podríamos continuar con la manipulación de la Historia, de la que hablaré otro día, y completamos el cuadro de la pesadilla Orweliana de 1984... (esto tal vez sea exagerar un poco por mi parte, pero me sale de mis partes).

Hay dos soluciones posibles. Una la que se ha tomado de aplicar el concepto de matrimonio tanto para heterosexuales como para homosexuales, aunque ello signifique cambiar todas las enciclopedias y diccionarios. Y otra solución, más drástica, de eliminar por completo esta palabra, al menos jurídica y legalmente hablando y pedirle a los filólogos que creen un nuevo término que defina esta nueva realidad social.

Por mi parte aquí va mi redefinición del matrimonio:
“Unión entre dos seres humanos legalmente reconocida”
( Lo de sexual lo he quitado para no escandalizar a las viejas..)

martes, junio 14, 2005

Michael Jackson, declarado inocente de todos los cargos por abusos sexuales

Como siempre los ricos no van a la cárcel...

La Sombra...


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