miércoles, junio 22, 2005

Más sobre bodas...

Pues sí amigos, continuando con el tema de las bodas. ¿Quién no ha tenido o tiene un amigo con el que salía todos los fines de semana, que era el alma del grupo y que de repente se echa novia y ya no le has vuelto a ver lucir el pelo? Es un fenómeno extraño que nunca he logrado comprender. Me pregunto si pasará igual con las mujeres. La única conclusión a la que he podido llegar, descartando que esté en manos de una secta o haya sido abducido por extraterrestres, es que la novia sea más fea que Picio. Ello no quita naturalmente, de que pueda ser una bellísima persona y hacerle feliz. Pero no es ese el tema que estamos discutiendo. No cabe duda de que la sociedad en la que vivimos nos condiciona, sobre todo nuestros amigos y familiares que esperan de nosotros la mejor elección posible; ninguna madre esta contenta con su nuera y tampoco queremos defraudar las expectativas que nuestros amigos han puesto en nosotros. Sumémosle además esa odiosa educación que hemos recibido durante años, junto a la cultura televisiva y del cine, de carácter romántico pastelosa, y nos hará sentir unos auténticos fracasados en la búsqueda de la princesa prometida. Y eso es lo que me lleva a pensar que la novia tiene que ser fea de cojones. Sí, ya lo se, a lo mejor prefieren estar follando sin parar.., pero cuando uno tiene una novia guapa, le gusta presumir de ella y presentársela a todos sus amigos para darnos envidia.

No quiero que esto parezca un ataque a las feas, cada uno es como es, sabe Dios lo que piensan ellas de mí. A mi particularmente, las feas siempre me trataron muy mal, supongo que porque pensarán que ellas se merecen también algo mejor que un tipo como yo. Y luego sobre todo, hay que decir que es cuestión de gustos, cada uno tiene su escala de valores. Personalmente no me gusta el Ferrari, y a otros les gustan los todoterreno. Sea como fuere, creo que siempre les he caído mejor a las guapas, aunque siguen sin querer acostarse conmigo; lo cual me lleva a pensar, o bien que soy más feo que Abundio, o que son del PP y no les gustan los rojos como yo; va a ser esto último, ya se sabe que en el PP están las tías más macizas.

Bueno, a lo que íbamos, un buen día suena el teléfono de tu casa y es uno de esos “amigos” que no se ha acordado de ti en dos años por lo menos.

- Holaa, ¿qué tal?

- Bien…

- Tenemos que vernos, tengo algo para ti…

- …

Lo cierto es que ya tenías noticias, por alguno de tus amigos, de que éste ya estaba repartiendo invitaciones y de que pronto te iba a tocar a ti…

bodorrio real

No me gustan las bodas, que le vamos a hacer. Hay gente a la que le encanta y se apunta a todas ellas. No es mi caso, se lo aseguro. Las bodas constituyen un acto de socialización. Un lugar donde presentarse en sociedad y conocer gente y al que le gusta acudir a todas las parejitas. Ellos con su traje impoluto y ellas con sus vestiditos de tirantes y su pelo arreglado para la ocasión. Qué pinta ahí un soltero como yo…¿morirme de envidia o de asco? En fin, demasiada gente para mi gusto, 90 o 100 invitados y no conoces ni a la cuarta parte, no es mi idea de una cena agradable. Parece mentira que hoy haya aun gente que quiera casarse por la Iglesia y de blanco.. ¿Pero nadie le ha dicho a esta niña que no puede ir de blanco? ¡Qué tu no eres virgen! Por si no lo saben el blanco simboliza la pureza…(o sea la virginidad). Los novios sin embargo siempre van de gris o de negro ¿Por qué no pueden ir de blanco también? No me diréis que no estaría fardón un tío con smoking o traje blanco, sobre todo ahora en verano. Yo tengo que reconocer que de traje estoy muy guapo, pero me da vergüenza salir así a la calle, así que hago que me lleven en coche hasta donde han instalado el circo.

Luego está el tema de los regalos. Invitar a alguien a una boda supone siempre poner a la gente en un compromiso. ¿Quién te dice que quieren ir? Hombre, está el caso de los amigos íntimos, no más de tres o cuatro, que seguramente irán gustosos. Si solo fueran éstos, las bodas serían una delicia, un acto íntimo y bonito. Pero no, hay que invitar a Dios y su madre. Cuantos más regalos nos hagan mejor, a ver si nos amueblan el piso. Y lo peor son esas bodas que son en otra ciudad, a esas me niego a ir. Siempre pongo la excusa de algún congreso o curso que reclama mi presencia y que es ineludible (es que ya lo he pagao, me ha costao veinte mil pesetas…). Cualquier excusa es buena para no ir. Como he dicho es un compromiso para muchos ir a estas bodas; algunos no trabajamos y pagar el cubierto o el regalo supone un verdadero esfuerzo, y más cuando tienes en perspectiva varias bodas en un corto periodo de tiempo. Por eso, a la hora de hacer la lista de invitados, tendría que pensarse un poco en los amigos. Lo normal sería que si invitas a alguien a tu boda, ya que hace el esfuerzo de ir, no tuviera que pagar nada, coño; vaya invitación de los cojones aquella en la que tienes que pagar tú la cena. Al final, uno acaba acudiendo a estos actos por no quedar mal con los amigos. Aunque eso sí, de pagar solo pagas el cubierto; pero es que hay cubiertos y cubiertos, esa es otra, vamos, que olvídate de esa cámara digital que querías comprarte… Algunos, que son muy ratas, para ahorrarse pagar el cubierto compran cualquier estúpido regalo, que parece sacado de un todo a cien, y que por lo general es bastante hortera. Véase mi libro, ¿Llego el hortera a existir por evolución o por creación? Es broma.

En fin, con lo bonito que es vivir en pecado. André Chaplain decía que los enamorados no deberían de casarse, para que su amor se perpetúe eternamente. No tengo nada en contra de que la gente que se quiera se case, pero te vas al juzgado y lo haces en un momento, y si quieres algo más bonito, pues al ayuntamiento, que queda muy republicano. Lo más gracioso es que la Iglesia no quiera casar a homosexuales (ya sean gays o lesbianas), con la cantidad de dividendos que les podría dar. Afortunadamente cada vez menos gente se casa por la Iglesia, y tal vez algún día llegue a desaparecer de este país esta funesta institución.

Por mi parte, si algún día me caso, no os invitaré a mi boda, para que veáis que yo sí soy un buen amigo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tú harás lo que diga la novia y tu suegra. Como todos. En cuanto a lo del blanco virginal, tb se vestían de cándido blanco los senadores romanos cuando iban a ser elegidos, por eso a los politicos aspirantes se llaman candidatos y ...¿Cuándo hubo un candidato cándido?....Los actos amatorios y los politicos tienen mucho paralelismo, de hecho los científicos dicen que el enamoramiento baboso dura entre 3 o 4 años como mucho, lo que una legislatura. Y hay más paralelismos, que dejo para otro día.

Pero tranquilo, estás en la época de los primeros casorios, usa la barra libre como todos los buenos amigos y no vayas conduciendo por supuesto. Luego ya al divorcio no te invitan, sólo te usarán para que tú (especimen soltero) les presentes a tus amigas, a que los acompañes a los sitios que sin duda "los excasados" piensan que un soltero ha frecuentado y disfrutado, mientras ellos perdieron la "mirada del tigre" al esforzarse en mirar todos estos años algun atisbo de atracción, de complicidad, de belleza o virtud o un allllgo, en ese monstruo en que se convirtió su EX y que un día se convenció que sería la woman de su laife.

Te convertirás para ellos en una especie de entrenador de Rocky II (el viejo gargajoso), que lo puso a perseguir gallinas para alijerara su juego de piernas.

No se que es peor compañero...que Dios nos pille casaos para esos entonces o divorciaos, los amigos solteros lo tenemos crudo.

Saludos

jueves, 14 julio, 2005  
Blogger antonino said...

Muy interesante el dato de los "candidatos", de todas formas para la Santa Madre Iglesia,la única y verdadera, la virginidad es una virtud que hay que llevar intacta al matrimonio... ;-)

En cuanto a la barra libre, yo desgraciadamente soy de poco beber, a lo sumo un poco de vino en la cena. Llevaré en todo caso unos tupper ware de esos, para que me guarden las sobras (para el perro claro..)

jueves, 14 julio, 2005  

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