lunes, junio 20, 2005

Sobre el matrimonio...

Que revuelo se está montando con esto del matrimonio. Toda una institución en franca decadencia o en vías de reestructuración. La Iglesia debería alegrarse de que todavía haya gente que quiera acceder a casarse y no cerrarles las puertas para que sigan viviendo “en pecado” por más tiempo. Los elegidos a revitalizar esta antigua tradición son los homosexuales, ya que los heterosexuales preferimos vivir arrejuntaos o en concubinato.

No entiendo la manifestación del sábado... El lema, algo así como que un niño necesita un padre y una madre… Yo me pregunto por los millones de niños sin familia y muriéndose de hambre, sino estarían mejor con una pareja sea hetero o homosexual que los cuidase. La hipocresía de esta gente y de la Iglesia católica no tiene límites.

Dejando al margen esta cuestión de la adopción, ¿les parece mal que los homosexuales puedan legalizar su situación y casarse? ¿O tienen que seguir siendo bichos raros? No cabe duda de que el término matrimonio hoy por hoy no se ajusta a la nueva legislación. Solo hay que mirar el diccionario. Es más, mi manual de Sociología de Giddens define el matrimonio como “la unión sexual entre un hombre y una mujer legalmente reconocida”. Desde este punto de vista, la unión entre dos hombres o dos mujeres no se corresponde con la definición de matrimonio. Tal vez aquí el gobierno se precipitó un poco. Deberían haber consultado a los señores de la Real Academia de la Lengua o a los filólogos. A lo mejor hubiera sido necesario inventar una nueva palabra para definir esas nuevas uniones y tal vez no se hubiera montado tanto revuelo, aunque lo dudo… Algunas personas han dicho en algunos medios que no pasa nada por darle un nuevo significado a una palabra, cuando hay una nueva realidad social o una demanda por parte de la sociedad (no recuerdo muy bien), y efectivamente, no pasa nada cuando es el uso y la costumbre la que obliga a ese cambio, pero me parece algo grave que ese cambio venga impuesto por motivos políticos; estaríamos hablando de manipulación del lenguaje, algo no muy saludable para ninguna democracia. Si cada vez que hay un cambio de gobierno se dedican a cambiar las palabras vamos listos… Podríamos continuar con la manipulación de la Historia, de la que hablaré otro día, y completamos el cuadro de la pesadilla Orweliana de 1984... (esto tal vez sea exagerar un poco por mi parte, pero me sale de mis partes).

Hay dos soluciones posibles. Una la que se ha tomado de aplicar el concepto de matrimonio tanto para heterosexuales como para homosexuales, aunque ello signifique cambiar todas las enciclopedias y diccionarios. Y otra solución, más drástica, de eliminar por completo esta palabra, al menos jurídica y legalmente hablando y pedirle a los filólogos que creen un nuevo término que defina esta nueva realidad social.

Por mi parte aquí va mi redefinición del matrimonio:
“Unión entre dos seres humanos legalmente reconocida”
( Lo de sexual lo he quitado para no escandalizar a las viejas..)

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Soy hija de madre divorciada, durante toda mi infancia la sociedad me lo recordaba cada día. Creo que no eramos una familia. Ahora es una situación normal, dentro de 20 años toda esta polémica será pura anécdota.

Un saludo

lunes, 20 junio, 2005  
Blogger antonino said...

Sí tienes razón, la familia no es un término monolítico, ha pasado por diferentes formas a lo largo de la historia, y seguirá transformándose a medida que cambien las condiciones socioeconómicas y políticas de una sociedad.

martes, 21 junio, 2005  
Blogger PUSTE said...

para mi el divorcio siempre lo he visto como algo logico y normal, supongo que todo depende de en que costimbres y donde te has criado!

Saludos!!!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 22 junio, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Habéis dado en la tecla. Estas disquisiciones lingüísticas son más del ámbito del derecho (casi todos los políticos son abogaos) que de la lengua, y no se entiende, porque estos que hoy se casan, mañana acabarán luchando por el piso y por el escarabajo rosa y abrirán a los letrados una nueva cantera de trabajo que explotar con los litijios matrimoniales entre gays. Lo mismo el tema lingüistico le molesta tanto a la iglesia porque divorciarse de un matrimonio ya está asimilado socialmente, y no podrán salir los obispos a protestar específicamente contra un divorcio que si se llamara de "otra" forma, legalmente, sería diferente. Desafortunadamente ahora ya no pueden seguir discriminando de forma legal, sólo divina. !ANGELITOS!

martes, 12 julio, 2005  

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