¿Se ha escrito un crimen?

Supongo que muchos de ustedes, al igual que yo, se habrán sorprendido al conocer la noticia de la muerte de una chica canadiense tras besar a su novio. Parece ser que la joven Cristina era alérgica a los frutos secos, y su novio se había comido un sandwich de crema de cacahuete, antes de darle el beso causante de la reacción alérgica, que la llevaría a la tumba. Según las noticias, se trata de un lamentable accidente, ya que el chico desconocía el "historial clínico" de su novia…

Jessica Fletcher debe estar revolviéndose en su tumba, que quieren que les diga. Si viviera escribiría un libro titulado: “El beso de la muerte”. Tal vez es que tengo una mente muy retorcida, pero hay que reconocer que se trata de un crimen muy original. Que no nos engañe el aspecto juvenil del sospechoso. Lo cierto es que no parecía muy afectado en las declaraciones que hizo a los medios. Díganme, si el interfecto tuviera treinta años, ¿no les parecería muy extraño todo esto? Además, hasta se buscó un testigo que confirmase su historia. El amigo fiel, que estaba con él cuando se zampó el arma homicida, tal vez para dar mayor verosimilitud al relato. No tendría nada que objetar a lo sucedido, si se tratara de dos desconocidos; es decir, el chico se come el bocadillo, sale de marcha y conoce a una chica a la que mata a “morreos”. Pero vamos a ver, ¿ustedes no conocen las alergias y enfermedades de sus parejas?

Yo lo tengo claro, el día que quiera librarme de la parienta, ¡marchando un bocata de su alergia favorita!